Ayer por la tarde tuve tres conversaciones interesantes:
A) Cuando ya me disponía a salir de la oficina, unos minutos después de las cinco, mi tocaya y compañera de oficina llegó a mi lugar y me pidió que le comentara sobre el nada profesional incidente ocurrido el miércoles 19 de julio pasado (no lo anoté en el blog porque fue muy desagradable, pero básicamente se trató de una compañera morena con actitudes ridículas y nada profesionales: no trabaja, se queja mucho, toma muchísimo tiempo libre a expensas de las demás compañeras, etc. Ese día yo le pedí que cubriera mi lugar mientras yo checaba unos datos con un compañero y ella se negó argumentando que no tenía porqué hacerlo, yo le “agradecí” su apoyo y esto fue suficiente para que ella se indignara y llevara el hecho con nuestra supervisora).
Por esas fechas mi tocaya andaba de vacaciones y no se enteró inmediatamente sobre dicho incidente. Así que a su regreso le conté como estuvo, lo ridículo e increíblemente estúpido que fueron los razonamientos de la bully morena, etc.
Afortunadamente, esta morena supo tomar una buena decisión y la siguiente semana me pidió disculpas (claro, después de hacerse la victima a lo cual yo le hice muchas y pertinentes aclaraciones). Fue una buena plática, me sirvió para confirmar –aunque ya lo sabía- una vez mas el buen trabajo que hago y además también constaté el hecho de que para nadie en la oficina es agradable trabar con esta señora morena.
B) Una vez que terminé de hablar con mi tocaya salí de la oficina y pasé a la oficina de Simonita pues horas antes me había pedido que pasara a su lugar antes de salir a recoger un artículo sobre energía solar.
Llegué a su oficina y la saludé. Inmediatamente me preguntó si tenía unos minutos para escucharla. Dije que si y cerro la puerta.
Me contó que ya se sentía mas tranquila a pesar de su bully jefa, quien la ha estado atacando verbalmente desde que Simonita comenzó a trabar con ella, hará unos seis meses. Y se siente mas tranquila porque la jefa le pidió hacer las pases (como si esto fuera una guerra donde las dos partes son igual de poderosas), con esto Simonita se sintió un poco mejor. Aunque aún sigue pensando en jubilarse lo mas pronto posible, pero por lo menos ahora lleva el trabajo en términos un poco mas razonables.
Me dio gusto por ella y platicamos un poco mas sobre bullies en general (como defenderse de bullies, la importancia de ponerles un alto tan pronto comienzan los ataques, la importancia de leer y aprender sobre este fenómeno, etc.). Después platicamos brevemente sobre la vida en general, sus galanes, la felicidad, etc. Al poco tiempo me despedí pues Jason ya me estaba esperando en la casa.
C) Una vez que finalmente salí del edificio donde trabajo tomé mi camino usual, y cuando ya llevaba cerca de quince minutos recorridos me encontré a Greg, el editor de los documentales sobre Apartheid, los cuales son dirigidos por la misma cineasta con quien yo trabajaba antes.
Me comentó que el documental sobre el sistema de salud cubano (documental en el que yo participé como traductora, investigadora, etc.) ya está terminado y que la semana pasada lo enviaron al festival de cine de Toronto para ver si era aceptado. Ojala si lo acepten, y no lo digo por la directora quien es una persona horrible, sino por todos los demás quienes participaron de muchísimas maneras en dicho trabajo: el camarógrafo, Jennifer la productora y quien recibía la mayoría de los golpes bajos y traiciones de la directora, Gail, la productora principal, Luther, uno de los personajes principales, Melissa, la asistente de edición, Sage, asistente de producción y de todo en general, yo, quien tanto los ayudé con traducciones simultáneas y otro tipo de traducciones e investigación, etc., etc.
Ojala si sea aceptado y que hasta reciba un premio … el único problema es que quien se llevaría el premio sería esa horrible mujer, otra bully para variar.
Greg también me comentó que Jennifer ya no trabaja con la horrible señora, pues tan luego se terminó el documental ella buscó otra cosa para desarrollar, otro proyecto cinematográfico. Que bueno, pensé, por fin se libró del buitre que tenía como jefa.
+++
Tres historias diferentes, tres conversaciones diferentes, tres caminos diferentes, muchas vidas que tal vez nunca se van a cruzar. Ojala que les vaya muy bien a todos los involucrados.
Excepto a las tres bullies gandallas que desafortunadamente tienen en común estas tres historias.