Tuesday, August 29, 2006

Sábado pesado, domingo de cansancio y lunes hiper activo

¡El domingo pasado Jason y yo estábamos super cansados! Creo que el trabajo de toda la semana anterior junto con las actividades del sábado nos dejó molidos, tanto que el domingo casi no hicimos nada productivo.

S A B A D O
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El sábado Jason fue a una visita de sitio en un lugar con un techo altísimo, tuvo que conseguir prestada una escalera de 40 pies (12m aprox.) y como esa escalera no cabe en el carro, entonces tuvo que rentar una camioneta pick-up.

El día que recogió la camioneta, el viernes anterior, fue todo un drama pues llegó por la camioneta en el auto, una vez firmados los correspondientes papeles dejó la camioneta, regresó a la casa con el auto y lo estacionó, sacó la bicicleta y regresó en ella al sitio donde había dejado la camioneta para al final, regresar a la casa con la camioneta y la bicicleta en el equipaje, ¡¡fiu!!!.

Así que el sábado el tuvo que levantarse muy temprano para prepararse para la visita de sitio. En esas estaba cuando se dió cuenta que la escalera era demasiado grande para que el solo la pudiera manejar bien. Yo le ofrecí mi ayuda pero el caballerosa y prácticamente la rechazó. Se dedicó entonces a buscar quien lo ayudara. Pensamos en muchas opciones, su hermano, un amigo chicano electricista con quien se acaba de re-encontrar, compañeros vendedores, etc. Total que el llamó a todos y sólo uno le contestó la llamada: Ricardo, el instalador de la empresa.

Ricardo dijo que solo podía acompañarlo por la tarde/noche, pero ofreció muy amablemente su ayuda para el lunes siguiente. Jason aceptó la oferta para el lunes. La visita de sitio se llevó a cabo, solo que en forma parcial, es decir, sin subir a examinar y medir el techo. La revisión del techo se haría el lunes siguiente. Tan luego terminó la visita, Jason regresó a la casa en el auto y lo estacionó. Luego subió la bici a la camioneta y fue a regresar la escalera que un amigo nos había prestado. De ahí fue a regresar la camioneta rentada. Y finalmente regresó a la casa en bicicleta. ¡Vaya cúmulo de actividades!

Por mi parte, después de una semana muy pesada en el trabajo y dado que Jason no iba a poder cenar conmigo el viernes, decidí ir a mi clase de salsa estilo rueda. La clase estuvo un tanto fuerte (aunque super divertida como siempre) pues por lo menos la primera parte me tocó hacerle de lider, y cómo hace mucho que no bailo como lider pues al principio me costó un poco de trabajo cambiar de "seguidor" a "lider".

El sábado por la mañana, después de ayudar a Jason con algunos detalles de su visita de sitio salí de la casa pues había quedado de verme con una amiga en el centro de Oakland. Ella en buenísima onda me había dado un pase gratuito para tomar un clase de salsa en su club deportivo. La clase estuvo muy padre, un estilo completamente diferente del estilo de rueda. De hecho, esta clase tiene un estilo muy jazzeado nada que ver con baile en pareja. En la clase nos encontramos con una amiga chicana quien asiste con regularidad al club. Y de pura casualidad también me encontré a una chica que baila bailes africanos igual que yo.

Al terminar la clase las tres nos fuimos a almorzar. Después de muchas indecisiones decidimos ir al nuevo Breads of India que acaban de abrir en la calle Clay, contra-esquina con el famoso restaurant vietnamita Le Cheval.

Yo comí super ligero: unas verduras con un poco de curry, ellas pidieron pollo al estilo tika masala. La comida y la plática estuvieron sabrosas. Intercambiamos uno que otro chisme, y luego hablamos de la situación política y social en México ...

Cuando terminamos de comer me dí cuenta que aún me daba tiempo de ir a mi clase de danza africana, así que decidí lanzarme hacía allá. Antes de despedirnos les comenté sobre mi clase de danza azteca, entonces ellas me preguntaron como eran los pasos, yo les dí una pequeña demostración y ahí en plena banqueta nos pusimos las tres a bailar como si fueramos concheras.

Mi amiga me dió un aventón en su auto y me dejó cerca de la clase. Al cruzar una plaza para llegar a mi clase me encontré a otra amiga, a quien hacía mas de dos años que no veía. ¡Qué super agradable sorpresa! Solo pudimos hablar unos minutos para intercambiar números telefónicos pues las dos teníamos prisa.

Finalmente llegué (tarde, aunque si alcancé a bailar buen tiempo) a mi clase de danza africana, la cual estuvo muy fuerte como siempre, con mucha energía. Y para mi sorpresa, ahí encontré a otra amiga a quién también hacía mas de dos años que no veía (aunque de vez en vez nos comunicábamos por teléfono). ¡Qué super agradable sorpresa! Al final de la clase me llevó a la casa en su auto. En el camino aprovechamos para platicar un poco y ponernos al día sobre cómo va cada una de nosotras.

Cuando llegué a la casa Jason ya no quería salir, aunque yo lo invité a cenar afuera, es que el ya había trabajado muchísimo ese día. Así que yo tuve que salir sola a dejar la tanda y a comprar unas cosas que nos hacían falta en la despensa (entre ellas un delicioso helado de chocolate). De regreso a la casa cenamos, después de comer el siguió preparando cosas del trabajo, yo arreglando, limpiando y barriendo. Ya como a las diez y media nos fuimos a acostar, super cansados.


D O M I N G O
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Nos levantamos temprano, tomamos un regaderazo y salimos antes de las nueve y media de la mañana pues habíamos quedado de vernos con la suegra y la tía Barbara a esa hora en Mama's Royal Cafe para desayunar. El tuno estuvo muy sabroso y la plática también. Antes de comer les dijimos que nosotros teníamos muchas ganas de ir a ver la película Quinceañera (http://festival.sundance.org/filmguide/popup.aspx?film=6578) y que ojalá pudiéramos ir al cine los cuatro. Y ... ¡sorpresa! ellas también querían ver esa película. Así que al salir de Mama's nos dirijimos al cine.

La película estuvo padrísima a todos nos gustó mucho.

Al salir del cine caminamos unas calles hasta donde habíamos dejado los autos estacionados, platicamos un poco y nos despedimos. Jason dijo que iba a trabajar el resto del día en la casa y eso no nos gustó a ninguna de las tres, por lo que yo le pedí a la suegra que invocara sus poderes de progenitora y le pidiera a Jason que se olvidara del trabajo aunque fuera unas horas. El accedió a no trabajar el resto de la tarde y cuando llegamos al depa solo nos amonamos como dice mi mamá a ver tele, leer periódico y cuando mucho contarnos unos chismes y ya.


L U N E S
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La semana laboral comienza otra vez. Nos levantamos temprano, nos damos un regaderazo, desayunamos ligero, y alla que te vas, a trabajar.

Jason fue a dos visitas de sitio (la que había planeado desde el sábado y otra que salió de imprevisto) así que estuvo muy ocupado pero afortunadamente le fue ¡muy bien!

Yo fui a la oficina y me fue bien, todo tranquilo.

Para mi, la hiper actividad estuvo al salir de la oficina, pues saliendo fui al centro de Oakland a comprar algo que me hacía falta. De regreso a Berkeley pasé a comprar cosas de la despensa que también nos hacían falta, y como ya me estaba muriendo de hambre comí un poco de un guisado chino que se llama pollo kung-pao. También compré cuatro duraznos orgánicos y por no fijarme en el precio me salieron como a dos dólares cada uno. Chale con esos precios.

Después de comprar la despensa regresé a la casa, lavé el trasterío que habíamos dejado que se acumulara el fin de semana por andar de pata de perro, cociné unas ricas berenjenas con ejotes, vacié comida que estaba en el refri y que cabía en trastes más pequeños, limpié los muebles de la cocina, preparé una ensalada de jicama con pepino y lechuga, aderezada con chile piquín y jugo de limón ... bueno, ya ni me acuerdo que más cosas hice.

Total que todo el cansancio que había sentido el día anterior se vió súbitamente transformado en muchísima energía. Hasta me dió tiempo de actualizar mi chequera, leer uno o dos artículos en el periódico y ver dos capítulos de Sex and the City.