Anoche, Jason y yo tuvimos oportunidad de asistir a la escenificación de La Vírgen del Tepeyac, puesta en escena de El Teatro Campesino dirigida por Luis y Kinan Valdez en el pueblo de San Juan Bautista.
La noche estaba fresca y agradable, hacía un frío húmedo muy rico, olía a tierra mojada, las estrellas estaban muy brillantes y el ambiente a pueblo tranquilo nos hizo sentir muy a gusto. Encontramos estacionamiento a dos calles de la misión y el camino del auto hacia la misión me recordó mucho el camino de la casa de mis papás a la iglesia del pueblo de San Francisco Molonco (Estado de México). Un cuatro de octubre en las fiestas de San Francisco, el camino mojado, recién acabado de llover, yo caminando del brazo de mis papás y junto a mis hermanos hacia la iglesia para oír la misa en honor del santo patrono del pueblo. Que recuerdos.
Aquí, al norte del Río Bravo en vez de caminar junto a mis papás yo caminaba junto a Jason. Cuando llegamos a la misión ya había mucha gente formada, y aunque se escuchaba gente hablando en español el idioma mas usado era inglés. En la entrada nos recibieron muy amables preguntándonos de dónde veníamos, Jason dijo "Berkeley" y yo sin pensarlo dije "Mexico City", después pensé que hubiera dicho Tenochtitlán o aún mejor Tepeyac, pero bueno, eso será para la próxima ocasión.
Nos tocó sentarnos en las bancas que corren paralelas a la nave de la iglesia. Aquello estaba lleno. La maestra de ceremonias nos dió la bienvenida, se apagaron las luces y comenzó el espectáculo con los danzantes aztecas cantando en círculo. Después fueron a bailar justo frente al altar mayor y de repente una muchacha azteca llegó corriendo a avisar que ya habían llegado los españoles.
Una mujer azteca les dió la bienvenida a los españoles pero les advirtió que no esperaran que creyera en sus dioses europeos y les pidió que ya la mataran, pues ellos ya habían destruído a los dioses aztecas y para ella ya no existía razón de vivir.
Los actores desempeñaron muy bien sus papeles, todos en perfecto español mezclado con un poco de náhuatl. Se ve que sentían muy hondo el sufrimiento azteca o el desdén y desprecio español hacia nosotros, dependiendo de a quién interpretaban. Vimos a Juan Diego, a su tío Juan Bernardino, y a otra gente sencilla del barrio de Cuautitlán. Cuando llegaron los españoles a bautizarlos, unos aceptaban y otros se negaban rotundamente a ello.
Una vírgen morena con voz bellísima se le apareció por primera vez a Juan Diego diciendole "Juan Diego, mi xocoyotzin", y cuando el le preguntó "¿porqué a los indios nos tratan como perros?" lo hizo con tanta vehemencia y sentimiento que practicamente se me salieron las lágrimas y tuve que hacer un gran esfuerzo para no soltar el llanto. Juan Diego en cambio, si estaba llorando.
Después, al terminar la obra ya saliendo de la iglesia, me enteré que yo no fuí la única del público que lloró pues caminando atrás de nosotros venía un grupo de chavos chicanos y escuché que uno de ellos les dijo a los demás "you know, though I know this story and I've been here tons of times, I always get emotional, especially when la Vírgen talks to Juan Diego and I can't avoid crying" los demás asintieron y le dijeron que ellos también habían llorado. Pensé, bueno ahí está, unos nacimos al sur del Río Bravo, otros nacieron al norte, pero los dos lloramos por lo mismo.
Ver también:
- Programa especial (inglés/español) de KPFA Radio del doce de diciembre del 2006 celebrando a Guadalupe-Tonantzin
- La Jornada reporta (español) el trece de diciembre del 2006: Más de cinco millones de peregrinos
- Bernado Barranco a través de un artículo en La Jornada del miércoles trece de diciembre del 2006 pregunta: ¿Dónde quedó Juan Diego?
" ... los antropólogos hablan de un desfase entre la imagen católica que proyecta a un indígena sumiso y la creciente actitud contestataria y reivindicatoria de los pueblos indígenas."