Tristeza por lo que pudo ser pero no fue
Hace unas semanas pasé a comprar un licuado de frutas para antes de una de mis clases de danza y en ese lugar me encontré al papá de Jason. Este encuentro era algo que yo temía muchísimo. Dado que ellos viven en Berkeley, aunque en las colinas (o sea tienen mucha lana), yo pensé y temí durante todo este tiempo encontrarmelo sin querer.
Bueno, pues ya nos encontramos y el encuentro no fue tan feo como yo pensaba. Solo nos saludamos, el me dio un abrazo y hablamos de generalidades: que cómo estan, cómo está Jason, cómo te va en la edición del documental (tenía información atrasada sobre mí), etc.
El me dijo que dentro de unos meses se va a retirar finalmente, aunque va a trabajar por contrato uno o dos días a la semana, pero la mayor parte del tiempo se va a dedicar a pescar. También me dijo que Jessica y Nathan ya van a tener otro bebé. En general les va bien a todos ellos.
No me preguntó que cuando nos veíamos otra vez o algo así, aunque yo si tuve el impulso de decirle que estaría bien que nos vieramos para desayunar o algo por el estilo. Pero no le dije nada.
Nos despedimos y después cada quien por su camino.
Se me quedó un sabor a tristeza, un sabor a haber perdido algo que pudo haber sido pero nunca fue. Como cuando Carlos Aceituno murió. Carlos y yo pudimos haber sido super buenos amigos, pero nunca cruzamos mas que hola que tal. Y ahora nunca seremos amigos pues el murió inesperadamente en septiembre 27.
Claro, el papá de Jason está vivito y coleando, pero nosotros finalmente nos hemos dado cuenta que no hay mucho que nos una a el. Cuando intentamos o mejor dicho, cuando intenté acercarme a el, yo puse lo mejor de mi y llegué a quererlo. Pero despues me di cuenta que el no me conocía ni siquiera un poco. ¿Cómo va alguien a quererme si ni siquiera me conoce? ¿Si ni siquiera quiere conocerme? ¿Si ni siquiera hace un esfuerzo por conocerme? El solo me veía a través de estereotipos. Y cuando vio quien realmente era yo, no le gusté y me insultó.
Bueno, hace mucho tiempo que ya superé el enojo, la decepción, el desencanto causados por sus ofensas y posterior drama. Y después de eso solo viene el vacio. Vacio. Vacio. Asi siento yo al verlo. Y hay un poco de tristeza al saber que pudimos haber estado cerca ... pero no lo estuvimos y nunca lo vamos a estar.
Para Jason y para mí solo existimos precisamente Jason y yo. Jason y yo somos nuestra familia de este lado de la frontera. Estamos completamente solos y lo sabemos. Pero al mismo tiempo estamos uno con el otro y eso nos da fuerzas. No tenemos a nadie mas de este lado de la frontera.
Thursday, September 28, 2006
Quinceañera
Hace unas semanas Jason, su mamá, su tía Barb (en visita desde Oregon)y yo fuimos a ver esta película y a mí me gustó mucho. Esta una película que nos muestra tal como somos los latinos (o por lo menos, la gran mayoría de nosotros), nada de rubias ojiverdes (u "ojivas" como decía un amigo) nada de Thalias, Paulina Rubios, etc. Los chavos en esa película sí son como yo, como mi primo o prima, o como la gran mayoría de mis amigos: morenos, con rasgos indígenas, con pelo café obscuro, ojos del mismo color ... y aún así, aún contra la opinión de muchos, esos chavos en la película son bellos (por lo tanto, nosotros también lo somos).
Para mí es muy interesante el hecho de que tuve que venir a otra país para ver películas sobre latinos o mexicanos donde los interpretes SI son como la gran mayoría de los latinos o mexicanos somos. Por ejemplo, en Real Women Have Curves, América Ferrera si es latina, en Selena, una latina real (JLo) interpreta a la curvilínea Selena. ¿Se imaginan que hubiera sido si Selena hubiera sido interpretada por Paulina Rubio o Thalia? Puro hueso y trasero pero nada de voz. Ah, pero eso si, muy güeritas.
¿Cuándo vamos a hacer películas en México donde los interpretes SI sean como la gran mayoría de nosotros? ¿Porqué actrices como Vanessa Bouche es relegada o trabaja en menos películas (aunque de muy buena calidad) cuando las "güeritas" consiguen trabajo más rápido? ¿Cuándo va a terminar esta discriminación hacia nosotros los morenos?
PD Por cierto, esta película ha tenido mucho éxito en cartelera y hasta le ha gustado mucho a los anglosajones de por aquí. Los únicos "peros" que yo le pondría es que tuvo que ser un equipo gringo quien realizara este proyecto (supongo que esto pasó porque los latinos no tenemos mucho dinero para estas indulgencias) y que la forma en que manejan el personaje del padre de la quinceañera no es muy correcto, esto en términos de cómo los típicos padres mexicanos se mueven en aspectos religiosos. Pero esto no desmerita en nada la película.
[Ver también: Quinceañera crítica de Carlos Bonfil en La Jornada]
Para mí es muy interesante el hecho de que tuve que venir a otra país para ver películas sobre latinos o mexicanos donde los interpretes SI son como la gran mayoría de los latinos o mexicanos somos. Por ejemplo, en Real Women Have Curves, América Ferrera si es latina, en Selena, una latina real (JLo) interpreta a la curvilínea Selena. ¿Se imaginan que hubiera sido si Selena hubiera sido interpretada por Paulina Rubio o Thalia? Puro hueso y trasero pero nada de voz. Ah, pero eso si, muy güeritas.
¿Cuándo vamos a hacer películas en México donde los interpretes SI sean como la gran mayoría de nosotros? ¿Porqué actrices como Vanessa Bouche es relegada o trabaja en menos películas (aunque de muy buena calidad) cuando las "güeritas" consiguen trabajo más rápido? ¿Cuándo va a terminar esta discriminación hacia nosotros los morenos?
PD Por cierto, esta película ha tenido mucho éxito en cartelera y hasta le ha gustado mucho a los anglosajones de por aquí. Los únicos "peros" que yo le pondría es que tuvo que ser un equipo gringo quien realizara este proyecto (supongo que esto pasó porque los latinos no tenemos mucho dinero para estas indulgencias) y que la forma en que manejan el personaje del padre de la quinceañera no es muy correcto, esto en términos de cómo los típicos padres mexicanos se mueven en aspectos religiosos. Pero esto no desmerita en nada la película.
[Ver también: Quinceañera crítica de Carlos Bonfil en La Jornada]
Pupusas por aquí ...
burritos por allá, mojados pa' delante y ¡nunca para atrás!
Esta era una de las frases que un chavo inmigrante traía en una cartulina en la marcha del lunes 4 de septiembre, en San Pancho, Califas el día del trabajo en Estados Unidos.
Esta marcha no fue tan concurrida como la del primero de mayo, pero fue una marcha grande en sí. Festiva y con mucha energía positiva como todas las marchas de inmigrantes a las que he ido hasta ahora.
Esta vez invité a varios amigos y solo dos acudieron a mi llamado (dos son mejor que ninguno). Andrea y Diony nos acompañaron a Jason y a mí, y a cientos más de inmigrantes. Diony estaba muy contento de ver que un gran contingente de chavos filipinos (sus padres son filipinos) estaban ahí. Estos chavos llevaban a su rapero personal, quien decía raps sobre inmigración y justicia social muy buenos y con mucho ritmo. Diony llevaba una bandera salvadoreña pues varios de sus compañeros de trabajo son de El Salvador.
Andrea se encontró por lo menos con dos concidos suyos durante la marcha.
Andrea, Jason y yo llegamos a buen tiempo para escuchar a la gran mayoría de los oradores, quienes se caracterizaron por su multiculturalismo: Blacks for Fair Immigration, Korean Immigrants groups, Filipino Immigrants groups, Mexican and Central-American groups, etc.
Ya durante la marcha caminamos con diferentes contingentes, una vez íbamos con los jóvenes anarquistas, otra con los filipinos, etc. Pero el grupo que más nos gustó fue el de los brasileiros pues fue muy agradable ir marchando y bailando al compás de su música.
Otra vez fueron muchas familias, muchas abuelitas y abuelitos, muchos nietecitos, papás y mamás. Otra vez fue una marcha alegre y festiva. Nunca marchamos o cantamos con odio hacia nadie.
Esta vez si me compré (¡en solo dos dólares! ¡una súper ganga!) una camiseta blanca con la bandera de Estados Unidos que dice "hoy marchamos, mañana votamos".
Después de marchar, cantar y bailar llegamos donde se encuentran las oficinas del alcalde de la ciudad. Ahí hubo nuevos oradores, y mientras escuchamos repartí los sandwiches que había preparado en la mañana. Andrea y Diony se detuvieron en la casilla de los jóvenes socialistas, interesados en el caso de Elvira Arellano (la madre mexicana y activista, luchadora por los derechos humanos de los inmigrantes en Chicago que se encuentra asilada en una iglesia de la misma ciudad, amenazada de deportación por la migra; ella está defendiendo su derecho a quedarse en EUA con su hijo menor de edad, pues ellos están solos y el niño sufre de una rara enfermedad). Curiosamente, esos chavos tenían muchos volantes sobre el caso, pero no sabían mucho de el. Mmj! Que raro. Yo les expliqué a ambos de que se trata este caso.
Bueno, después de estar unos minutos mas platicando sobre estos temas, decidimos ir al Parque Dolores para ver la obra de teatro que el grupo San Francisco Mime Troupe estaría escenificando gratis y al aire libre. Tomamos el Bart, llegamos al parque en unos cuantos minutos. Disfrutamos del evento. Y para cerrar el día fuimos a comer unas ricas y deliciosas pupusas y otra comida salvadoreña en un restaurante de la calle 16 casi esquina con Valencia. El mero corazón de la misión. Si, si había pupusas por aquí ... y burritos por allá.
Esta era una de las frases que un chavo inmigrante traía en una cartulina en la marcha del lunes 4 de septiembre, en San Pancho, Califas el día del trabajo en Estados Unidos.
Esta marcha no fue tan concurrida como la del primero de mayo, pero fue una marcha grande en sí. Festiva y con mucha energía positiva como todas las marchas de inmigrantes a las que he ido hasta ahora.
Esta vez invité a varios amigos y solo dos acudieron a mi llamado (dos son mejor que ninguno). Andrea y Diony nos acompañaron a Jason y a mí, y a cientos más de inmigrantes. Diony estaba muy contento de ver que un gran contingente de chavos filipinos (sus padres son filipinos) estaban ahí. Estos chavos llevaban a su rapero personal, quien decía raps sobre inmigración y justicia social muy buenos y con mucho ritmo. Diony llevaba una bandera salvadoreña pues varios de sus compañeros de trabajo son de El Salvador.
Andrea se encontró por lo menos con dos concidos suyos durante la marcha.
Andrea, Jason y yo llegamos a buen tiempo para escuchar a la gran mayoría de los oradores, quienes se caracterizaron por su multiculturalismo: Blacks for Fair Immigration, Korean Immigrants groups, Filipino Immigrants groups, Mexican and Central-American groups, etc.
Ya durante la marcha caminamos con diferentes contingentes, una vez íbamos con los jóvenes anarquistas, otra con los filipinos, etc. Pero el grupo que más nos gustó fue el de los brasileiros pues fue muy agradable ir marchando y bailando al compás de su música.
Otra vez fueron muchas familias, muchas abuelitas y abuelitos, muchos nietecitos, papás y mamás. Otra vez fue una marcha alegre y festiva. Nunca marchamos o cantamos con odio hacia nadie.
Esta vez si me compré (¡en solo dos dólares! ¡una súper ganga!) una camiseta blanca con la bandera de Estados Unidos que dice "hoy marchamos, mañana votamos".
Después de marchar, cantar y bailar llegamos donde se encuentran las oficinas del alcalde de la ciudad. Ahí hubo nuevos oradores, y mientras escuchamos repartí los sandwiches que había preparado en la mañana. Andrea y Diony se detuvieron en la casilla de los jóvenes socialistas, interesados en el caso de Elvira Arellano (la madre mexicana y activista, luchadora por los derechos humanos de los inmigrantes en Chicago que se encuentra asilada en una iglesia de la misma ciudad, amenazada de deportación por la migra; ella está defendiendo su derecho a quedarse en EUA con su hijo menor de edad, pues ellos están solos y el niño sufre de una rara enfermedad). Curiosamente, esos chavos tenían muchos volantes sobre el caso, pero no sabían mucho de el. Mmj! Que raro. Yo les expliqué a ambos de que se trata este caso.
Bueno, después de estar unos minutos mas platicando sobre estos temas, decidimos ir al Parque Dolores para ver la obra de teatro que el grupo San Francisco Mime Troupe estaría escenificando gratis y al aire libre. Tomamos el Bart, llegamos al parque en unos cuantos minutos. Disfrutamos del evento. Y para cerrar el día fuimos a comer unas ricas y deliciosas pupusas y otra comida salvadoreña en un restaurante de la calle 16 casi esquina con Valencia. El mero corazón de la misión. Si, si había pupusas por aquí ... y burritos por allá.
Friday, September 08, 2006
Ojo de Venado
In the Aztec tradition it is believed that the "evil eye" (mal de ojo) occurs when someone looks at babies or children and, on purpose or not, affects them in a negative way, i.e. some babies might get headaches or some fever for no apparent reason or they just might be scared of that person, so the ojo de venado protects them from those looks and their negative effects on them. Of course babies will always get the attention of everybody and parents cannot keep them from being looked at, so, from our perspective, they have to have the ojo de venado to protect them.
This can happen to babies more often because they are very fragile and do not know how to defend themselves, but this can also happen to teenagers or adults, thus the necklaces or bracelets with ojos de venado that some of us wear.
I know that some people, especially of European descent think that this is all bullshit, and everybody is entitled to think whatever they want. In my case, after having seen a lot of stuff and after realizing how important and especially how wise my Aztec, Maya, Zapotec, etc ancestors were I totally believe it (over the years, rituals that the spaniards told us were bad and forbade us from performing, have proven not only true but also healthy, and in turn it is the spaniards that have proven really stupid with all the crimes they have committed against not only us and our culture but also against our mother land).
Some other, non-European cultures have the same objects that we do, for instance, Papa Zak (my West-African dance teacher) wears a bracelet with an ojo de venado too, he told me that this bracelet helps him perform muslims/african rituals (he's a muslim priest or something like that, don't know the exact word or title to use though).
This can happen to babies more often because they are very fragile and do not know how to defend themselves, but this can also happen to teenagers or adults, thus the necklaces or bracelets with ojos de venado that some of us wear.
I know that some people, especially of European descent think that this is all bullshit, and everybody is entitled to think whatever they want. In my case, after having seen a lot of stuff and after realizing how important and especially how wise my Aztec, Maya, Zapotec, etc ancestors were I totally believe it (over the years, rituals that the spaniards told us were bad and forbade us from performing, have proven not only true but also healthy, and in turn it is the spaniards that have proven really stupid with all the crimes they have committed against not only us and our culture but also against our mother land).
Some other, non-European cultures have the same objects that we do, for instance, Papa Zak (my West-African dance teacher) wears a bracelet with an ojo de venado too, he told me that this bracelet helps him perform muslims/african rituals (he's a muslim priest or something like that, don't know the exact word or title to use though).
Tuesday, September 05, 2006
A defender la cultura y el lenguaje
Para mí, la pérdida de un lenguaje significa mucho mas que el lenguaje en si. Cuando se pierde un lenguaje se pierde toda la cultura, las tradiciones, las creencias, las experiencias, las vivencias y las emociones que se expresaron en ese lenguaje. Recuerdo mucho las palabras de Fernando Benitez (¿has escuchado de el? Es un gran intelectual, investigador e indigenista mexicano), el dijo muy acertadamente que cuando muere un indígena, muere con el TODA una enorme biblioteca de conocimientos por siempre perdidos. Lo mismo o tal vez aun mas se puede decir de cuando muere un lenguaje pues este engloba lo que todo un pueblo o pueblos vivieron, aprendieron, soñaron, sintieron, temieron, gozaron y sufrieron no solo en años si no en siglos.
Desafortunadamente yo he visto y sufrido en carne propia la muerte de mi propio lenguaje. Mis abuelos eran totalmente bilingües pues hablaban español y náhuatl, mis padres fueron a escuelas donde les exigían hablar solo español aunque entendían un poco de náhuatl cuando eran niños pero desde que los abuelos murieron ya no tienen con quien o donde escuchar náhuatl. Y mis hermanos y yo, desgraciadamente, nunca fuimos educados en el náhuatl. Cuando mi abuelito llegaba a visitarnos el siempre nos hablaba y leía en español. Cuando nosotros los visitábamos siempre les hablábamos y leíamos en español.
Mis papás, sobre todo mi mamá, siempre han usado muchos términos náhuatls y ese ha sido nuestro único puente hacia nuestro pasado, pero ese puente es muy pequeño y desafortunadamente a través de el no podemos entender y apreciar todo lo que significaba o significa la vida y la muerte para los aztecas.
Cuando yo era niña yo escuchaba que mi mamá al referirse a su papá o al papá de sus amigos o primos siempre decía “Tata” (en náhuatl, padre es tahtli, o con cariño y reverencia tahtzintli). Mi papá siempre llama al más pequeño de todos “el xocoyote” o “el xocoyotito” (del náhuatl xocoyotzin, el más pequeño).
Aún ahora, cuando estamos enfermos o nos sentimos mal, decimos que estamos “pish-pish” (no se la palabra náhuatl que corresponde). O cuando algo huele mal (especialmente en la cocina) mi mamá dice que “huele a xoquiaque” (tampoco se la palabra náhuatl correspondiente).
Pero aún usando esas palabras, aun cuando mi mamá nos enseñó a rezar a mamá Lupita-Tonantzin (nunca a Jesús ni a la virgen María ni a ningún santo católico), aún así yo casi no se nada de mis antepasados, de cómo veían y tomaban la vida, de que pensaban de que los españoles nos hubieran arrancado y pisoteado no solo nuestra madre tierra Tonantzin pero también nuestra cultura, nuestra lengua, nuestras tradiciones.
Poco a poco he ido aprendiendo algunas cosas, poco a poco he ido preguntando e indagando, poco a poco he ido retomando rituales o palabras olvidadas o perdidas. Ahora, digo huitzitzili cuando antes solo decía “colibrí” (y tu sabes que en Berkeley hay muchos huitzitzilis), ahora trato de decir nantzintli cuando antes solo decía “mamá” (1). Mi alter ego ya no es “Margot” (¿que nombre tan europeo, no? ¿Qué tiene que ver ese nombre conmigo?) sino Chicuace. Ahora también bailo danza azteca. Ya bailo con los concheros. Ya volví a usar ojos de venado y ahora ando en busca del ayacachtli perdido. (2)
Pero otra vez, ¿quién va a poder explicarme como era mi cultura? ¿Quién va a poder contarme nuevamente lo que me contaba mi abuelito acerca de que significan los colores del cielo? ¿Qué le voy a decir yo a mis hijos sobre los colores del cielo? ¿Cómo voy a explicarles la preparación del pulque? ¿Cómo voy a convencerlos de que el chocolate es azteca y maya y no europeo o suizo como piensan algunos? ¿Cómo voy a saber cómo se hacen los petates? ¿Cómo y qué significan los baños de temazcal? ¿Porqué es que las mujeres daban a luz en cuclillas, asidas de un tronco, y no acostadas o a través de cesáreas como quieren los médicos de ahora? ¿Porqué había mujeres que ayudaban a las parturientas? ¿Qué hacían? ¿Cómo se cuando las tunas ya se pueden arrancar de los nopales? ¿Cómo se siembran los magueyes?
Hace unos días expliqué a la familia de Jason lo que significan los ojos de venado para nosotros, y al buscar un poco sobre ellos me encontré con que tienen algunas propiedades curativas (tal vez por eso son tan buenos para protegernos del mal de ojo). Seguro que los antepasados lo sabían, por eso nos decían que por lo menos los bebés tenían que usar ojos de venado. Pero yo no lo sabía, ese conocimiento fue arrancado de mi vida. Ejemplos como ese abundan, hay muchas cosas que hacemos solo por tradición pero no sabemos su significado real. Eso lo sabían los antiguos. Ese conocimiento se llama Huehuetlahtolli. Es la palabra antigua. El legado cultural de los mayores. (3) Mucho de ese conocimiento fue borrado del mapa por los conquistadores y sus descendientes, por la cultura hollywoodense y por los macburgers.
Por eso yo me niego a escuchar lo que los antropólogos o científicos hollywoodenses-macburgenses gringos o europeos digan sobre mi cultura, me niego a “aprender” de ellos sobre mi propio pasado. Ellos si que encontraron un negocio redondo y yo me niego a ser parte de su negocio: primero vienen, nos matan, nos roban, destruyen la cultura, destruyen el lenguaje, a los pocos y malheridos sobrevivientes los usan de sus peones. Después vienen a “estudiarnos” desde su perspectiva imperialista y de profundo desprecio y nos ven como simples objetos folclóricos. Finalmente nos venden sus libros y nos dicen cómo eran nuestros antepasados y cómo es que debemos preparar la comida, entre otras cosas. ¡Tienen el gran descaro de venir a vendernos a nosotros, conferencias y libros sobre como se deben preparar los tamales! (4) ¡Qué descaro! ¡Qué negociazo! Pues no, yo no participo en el.
Yo se que muy probablemente nunca jamás las cosas van a ser como fueron antes, yo se que nunca voy a volver a ver a mi abuelito (salvo en sueños – aunque tal vez esto ya es suficientemente bueno), se que muchas preguntas se van a quedar sin respuesta. Pero también se que tenemos dos opciones: o continuamos con nuestras tradiciones y defendemos nuestra cultura y lenguaje aún cuando parezca que nada tiene sentido, o dejamos que todo se vaya al olvido. Yo escojo la primera opción.
Defender el lenguaje y la cultura no es algo fácil. Pero si dejamos que todo se pierda, entonces, una parte muy importante de nosotros (de dónde venimos, quiénes somos) también muere y yo no quiero morir en vida.
Afortunadamente no estamos solos, tal vez somos aún pocos, pero no estamos solos.
Hace unas semanas fui a un concierto de música afro-cubana (5) y el director de la orquesta dijo que ellos habían tenido la opción de continuar tocando la música que sus padres y abuelos crearon para que las nuevas generaciones conocieran de esa música, o solo crear partituras nuevas. Ellos optaron por las dos cosas: tocar música tradicional y al mismo crear nueva música.
La semana pasada en la danza azteca conocí a una chica que lleva bailando con ese grupo más de siete años, el día que la conocí llevaba a su hija de mas o menos un año y medio de nacida. Esta joven me dijo que lleva a su hija con ella a la danza porque quiere que su hija también baile danza azteca, porque quiere enseñarle que la cultura azteca no solo se encuentra en México, porque quiere que su hija sepa que aunque ella emigró de México nunca va a dejar atrás su cultura.
Papá Zak y Mamá Naomi también están defendiendo su lenguaje y su cultura. Y de qué manera, pues ahora, gracias a sus esfuerzos muchos ya conocemos y disfrutamos Kakilambe, Kuku, Landjang, Ching, Ñaca y Silimbó entre otras danzas.
Defender el lenguaje, las tradiciones y la cultura no es fácil. Pero como Andrea, Diony, Jason y yo y cientos de otros más íbamos cantando en la marcha por los derechos de los inmigrantes de ayer cuatro de septiembre ¡SI SE PUEDE! Nadie dice que sea algo fácil, pero SI SE PUEDE.
(1) Mi querida nantzintli me soñó
(2) En busca del ayacachtli perdido
(3) Huehuetlahtolli
(4) Excuse me? Tamales can be flat too!
(5) Man it was hot! And it was so cool!
Desafortunadamente yo he visto y sufrido en carne propia la muerte de mi propio lenguaje. Mis abuelos eran totalmente bilingües pues hablaban español y náhuatl, mis padres fueron a escuelas donde les exigían hablar solo español aunque entendían un poco de náhuatl cuando eran niños pero desde que los abuelos murieron ya no tienen con quien o donde escuchar náhuatl. Y mis hermanos y yo, desgraciadamente, nunca fuimos educados en el náhuatl. Cuando mi abuelito llegaba a visitarnos el siempre nos hablaba y leía en español. Cuando nosotros los visitábamos siempre les hablábamos y leíamos en español.
Mis papás, sobre todo mi mamá, siempre han usado muchos términos náhuatls y ese ha sido nuestro único puente hacia nuestro pasado, pero ese puente es muy pequeño y desafortunadamente a través de el no podemos entender y apreciar todo lo que significaba o significa la vida y la muerte para los aztecas.
Cuando yo era niña yo escuchaba que mi mamá al referirse a su papá o al papá de sus amigos o primos siempre decía “Tata” (en náhuatl, padre es tahtli, o con cariño y reverencia tahtzintli). Mi papá siempre llama al más pequeño de todos “el xocoyote” o “el xocoyotito” (del náhuatl xocoyotzin, el más pequeño).
Aún ahora, cuando estamos enfermos o nos sentimos mal, decimos que estamos “pish-pish” (no se la palabra náhuatl que corresponde). O cuando algo huele mal (especialmente en la cocina) mi mamá dice que “huele a xoquiaque” (tampoco se la palabra náhuatl correspondiente).
Pero aún usando esas palabras, aun cuando mi mamá nos enseñó a rezar a mamá Lupita-Tonantzin (nunca a Jesús ni a la virgen María ni a ningún santo católico), aún así yo casi no se nada de mis antepasados, de cómo veían y tomaban la vida, de que pensaban de que los españoles nos hubieran arrancado y pisoteado no solo nuestra madre tierra Tonantzin pero también nuestra cultura, nuestra lengua, nuestras tradiciones.
Poco a poco he ido aprendiendo algunas cosas, poco a poco he ido preguntando e indagando, poco a poco he ido retomando rituales o palabras olvidadas o perdidas. Ahora, digo huitzitzili cuando antes solo decía “colibrí” (y tu sabes que en Berkeley hay muchos huitzitzilis), ahora trato de decir nantzintli cuando antes solo decía “mamá” (1). Mi alter ego ya no es “Margot” (¿que nombre tan europeo, no? ¿Qué tiene que ver ese nombre conmigo?) sino Chicuace. Ahora también bailo danza azteca. Ya bailo con los concheros. Ya volví a usar ojos de venado y ahora ando en busca del ayacachtli perdido. (2)
Pero otra vez, ¿quién va a poder explicarme como era mi cultura? ¿Quién va a poder contarme nuevamente lo que me contaba mi abuelito acerca de que significan los colores del cielo? ¿Qué le voy a decir yo a mis hijos sobre los colores del cielo? ¿Cómo voy a explicarles la preparación del pulque? ¿Cómo voy a convencerlos de que el chocolate es azteca y maya y no europeo o suizo como piensan algunos? ¿Cómo voy a saber cómo se hacen los petates? ¿Cómo y qué significan los baños de temazcal? ¿Porqué es que las mujeres daban a luz en cuclillas, asidas de un tronco, y no acostadas o a través de cesáreas como quieren los médicos de ahora? ¿Porqué había mujeres que ayudaban a las parturientas? ¿Qué hacían? ¿Cómo se cuando las tunas ya se pueden arrancar de los nopales? ¿Cómo se siembran los magueyes?
Hace unos días expliqué a la familia de Jason lo que significan los ojos de venado para nosotros, y al buscar un poco sobre ellos me encontré con que tienen algunas propiedades curativas (tal vez por eso son tan buenos para protegernos del mal de ojo). Seguro que los antepasados lo sabían, por eso nos decían que por lo menos los bebés tenían que usar ojos de venado. Pero yo no lo sabía, ese conocimiento fue arrancado de mi vida. Ejemplos como ese abundan, hay muchas cosas que hacemos solo por tradición pero no sabemos su significado real. Eso lo sabían los antiguos. Ese conocimiento se llama Huehuetlahtolli. Es la palabra antigua. El legado cultural de los mayores. (3) Mucho de ese conocimiento fue borrado del mapa por los conquistadores y sus descendientes, por la cultura hollywoodense y por los macburgers.
Por eso yo me niego a escuchar lo que los antropólogos o científicos hollywoodenses-macburgenses gringos o europeos digan sobre mi cultura, me niego a “aprender” de ellos sobre mi propio pasado. Ellos si que encontraron un negocio redondo y yo me niego a ser parte de su negocio: primero vienen, nos matan, nos roban, destruyen la cultura, destruyen el lenguaje, a los pocos y malheridos sobrevivientes los usan de sus peones. Después vienen a “estudiarnos” desde su perspectiva imperialista y de profundo desprecio y nos ven como simples objetos folclóricos. Finalmente nos venden sus libros y nos dicen cómo eran nuestros antepasados y cómo es que debemos preparar la comida, entre otras cosas. ¡Tienen el gran descaro de venir a vendernos a nosotros, conferencias y libros sobre como se deben preparar los tamales! (4) ¡Qué descaro! ¡Qué negociazo! Pues no, yo no participo en el.
Yo se que muy probablemente nunca jamás las cosas van a ser como fueron antes, yo se que nunca voy a volver a ver a mi abuelito (salvo en sueños – aunque tal vez esto ya es suficientemente bueno), se que muchas preguntas se van a quedar sin respuesta. Pero también se que tenemos dos opciones: o continuamos con nuestras tradiciones y defendemos nuestra cultura y lenguaje aún cuando parezca que nada tiene sentido, o dejamos que todo se vaya al olvido. Yo escojo la primera opción.
Defender el lenguaje y la cultura no es algo fácil. Pero si dejamos que todo se pierda, entonces, una parte muy importante de nosotros (de dónde venimos, quiénes somos) también muere y yo no quiero morir en vida.
Afortunadamente no estamos solos, tal vez somos aún pocos, pero no estamos solos.
Hace unas semanas fui a un concierto de música afro-cubana (5) y el director de la orquesta dijo que ellos habían tenido la opción de continuar tocando la música que sus padres y abuelos crearon para que las nuevas generaciones conocieran de esa música, o solo crear partituras nuevas. Ellos optaron por las dos cosas: tocar música tradicional y al mismo crear nueva música.
La semana pasada en la danza azteca conocí a una chica que lleva bailando con ese grupo más de siete años, el día que la conocí llevaba a su hija de mas o menos un año y medio de nacida. Esta joven me dijo que lleva a su hija con ella a la danza porque quiere que su hija también baile danza azteca, porque quiere enseñarle que la cultura azteca no solo se encuentra en México, porque quiere que su hija sepa que aunque ella emigró de México nunca va a dejar atrás su cultura.
Papá Zak y Mamá Naomi también están defendiendo su lenguaje y su cultura. Y de qué manera, pues ahora, gracias a sus esfuerzos muchos ya conocemos y disfrutamos Kakilambe, Kuku, Landjang, Ching, Ñaca y Silimbó entre otras danzas.
Defender el lenguaje, las tradiciones y la cultura no es fácil. Pero como Andrea, Diony, Jason y yo y cientos de otros más íbamos cantando en la marcha por los derechos de los inmigrantes de ayer cuatro de septiembre ¡SI SE PUEDE! Nadie dice que sea algo fácil, pero SI SE PUEDE.
(1) Mi querida nantzintli me soñó
(2) En busca del ayacachtli perdido
(3) Huehuetlahtolli
(4) Excuse me? Tamales can be flat too!
(5) Man it was hot! And it was so cool!
Samuel el generoso señor de intendencia
El otro dia estaba leyendo en la cafeteria de Laney College, esperando a que Jason llegara por mi para ir a cenar. Como en todo típico viernes por la tarde, la maestra Linda Johnson se aprestaba a iniciar su clase de salsa en el segundo piso de la cafeteria, algunos alumnos compraban charritos o churritos de las maquinas expendedoras, el señor de intendencia estaba ya barriendo y limpiando el lugar, etc.
Mientras yo leía un artículo de Gloria Anzaldúa escuché que unas jovenes me preguntaron en un ingles con mucho acento latino algo asi como "do you have change?". Alcé la cabeza y vi que una de ellas tenía en su mano un billete de veinte dolares. No me dio tiempo de contestar, ni siquiera de preguntarles nada, cuando el señor de intendencia, que para esos momentos se encontraba cerca de mi mesa alzando la basura, se acercó, sacó unas monedas del bolsillo de su pantalón y les ofreció la monedas. En español les dijo "tomen estas monedas". Las jovenes un tanto sacadas de onda no entendieron y contestaron en un muy mal ingles algo asi como "but we want change of twenty and you only have about two dollars". El señor de intendencia les contestó en español "no, es que yo no quiero cambiarles el billete, yo les doy el dinero, tomenlo, les alcanza para sacar lo que necesitan de la máquina expendedora". Y las jovenes "Pero, ¿esta seguro? ¿nos quiere regalar el dinero? ¿pero como se lo vamos a pagar? No tenemos cambio". Entonces el señor de intendencia dijo "no se preocupen, tomen el dinero, no es mucho y yo se que les hace falta". Ellas solo acertaron a decir que son peruanas y el les contestó que el es de Jalisco.
Las jovenes se despidieron muy agradecidas. Yo escuché todo esto y cuando las jovenes se fueron me paré y le dije al señor de intendencia "oiga, ¡que buena onda!". Pero ¿porqué?. Me dijo el. "Pues por eso de regalarles el dinero!" le contesté. Entónces el me dijo, es que yo cuando ando trabajando aquí escucho a muchos jovenes que hablan español y que no tienen dinero ni para comprarse un twinkie, y pues yo luego tengo unos dos o tres dolares de cambio y a mí no me quita nada regalarles ese dinero.
Este generoso intendente dice que hay muchos mexicanos que trabajan en Laney College, y como yo le dije que soy del DF me dijo que hay varios chilangos buena onda por allá también.
Que buen ejemplo de solidaridad entre latinos. Los intendentes ganan muy poco y el simple hecho de regalar unos cuantos cuartos a chavos que no tienen dinero solo porque hablan español es un acto de apoyo muy loable.
Mientras yo leía un artículo de Gloria Anzaldúa escuché que unas jovenes me preguntaron en un ingles con mucho acento latino algo asi como "do you have change?". Alcé la cabeza y vi que una de ellas tenía en su mano un billete de veinte dolares. No me dio tiempo de contestar, ni siquiera de preguntarles nada, cuando el señor de intendencia, que para esos momentos se encontraba cerca de mi mesa alzando la basura, se acercó, sacó unas monedas del bolsillo de su pantalón y les ofreció la monedas. En español les dijo "tomen estas monedas". Las jovenes un tanto sacadas de onda no entendieron y contestaron en un muy mal ingles algo asi como "but we want change of twenty and you only have about two dollars". El señor de intendencia les contestó en español "no, es que yo no quiero cambiarles el billete, yo les doy el dinero, tomenlo, les alcanza para sacar lo que necesitan de la máquina expendedora". Y las jovenes "Pero, ¿esta seguro? ¿nos quiere regalar el dinero? ¿pero como se lo vamos a pagar? No tenemos cambio". Entonces el señor de intendencia dijo "no se preocupen, tomen el dinero, no es mucho y yo se que les hace falta". Ellas solo acertaron a decir que son peruanas y el les contestó que el es de Jalisco.
Las jovenes se despidieron muy agradecidas. Yo escuché todo esto y cuando las jovenes se fueron me paré y le dije al señor de intendencia "oiga, ¡que buena onda!". Pero ¿porqué?. Me dijo el. "Pues por eso de regalarles el dinero!" le contesté. Entónces el me dijo, es que yo cuando ando trabajando aquí escucho a muchos jovenes que hablan español y que no tienen dinero ni para comprarse un twinkie, y pues yo luego tengo unos dos o tres dolares de cambio y a mí no me quita nada regalarles ese dinero.
Este generoso intendente dice que hay muchos mexicanos que trabajan en Laney College, y como yo le dije que soy del DF me dijo que hay varios chilangos buena onda por allá también.
Que buen ejemplo de solidaridad entre latinos. Los intendentes ganan muy poco y el simple hecho de regalar unos cuantos cuartos a chavos que no tienen dinero solo porque hablan español es un acto de apoyo muy loable.
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