burritos por allá, mojados pa' delante y ¡nunca para atrás!
Esta era una de las frases que un chavo inmigrante traía en una cartulina en la marcha del lunes 4 de septiembre, en San Pancho, Califas el día del trabajo en Estados Unidos.
Esta marcha no fue tan concurrida como la del primero de mayo, pero fue una marcha grande en sí. Festiva y con mucha energía positiva como todas las marchas de inmigrantes a las que he ido hasta ahora.
Esta vez invité a varios amigos y solo dos acudieron a mi llamado (dos son mejor que ninguno). Andrea y Diony nos acompañaron a Jason y a mí, y a cientos más de inmigrantes. Diony estaba muy contento de ver que un gran contingente de chavos filipinos (sus padres son filipinos) estaban ahí. Estos chavos llevaban a su rapero personal, quien decía raps sobre inmigración y justicia social muy buenos y con mucho ritmo. Diony llevaba una bandera salvadoreña pues varios de sus compañeros de trabajo son de El Salvador.
Andrea se encontró por lo menos con dos concidos suyos durante la marcha.
Andrea, Jason y yo llegamos a buen tiempo para escuchar a la gran mayoría de los oradores, quienes se caracterizaron por su multiculturalismo: Blacks for Fair Immigration, Korean Immigrants groups, Filipino Immigrants groups, Mexican and Central-American groups, etc.
Ya durante la marcha caminamos con diferentes contingentes, una vez íbamos con los jóvenes anarquistas, otra con los filipinos, etc. Pero el grupo que más nos gustó fue el de los brasileiros pues fue muy agradable ir marchando y bailando al compás de su música.
Otra vez fueron muchas familias, muchas abuelitas y abuelitos, muchos nietecitos, papás y mamás. Otra vez fue una marcha alegre y festiva. Nunca marchamos o cantamos con odio hacia nadie.
Esta vez si me compré (¡en solo dos dólares! ¡una súper ganga!) una camiseta blanca con la bandera de Estados Unidos que dice "hoy marchamos, mañana votamos".
Después de marchar, cantar y bailar llegamos donde se encuentran las oficinas del alcalde de la ciudad. Ahí hubo nuevos oradores, y mientras escuchamos repartí los sandwiches que había preparado en la mañana. Andrea y Diony se detuvieron en la casilla de los jóvenes socialistas, interesados en el caso de Elvira Arellano (la madre mexicana y activista, luchadora por los derechos humanos de los inmigrantes en Chicago que se encuentra asilada en una iglesia de la misma ciudad, amenazada de deportación por la migra; ella está defendiendo su derecho a quedarse en EUA con su hijo menor de edad, pues ellos están solos y el niño sufre de una rara enfermedad). Curiosamente, esos chavos tenían muchos volantes sobre el caso, pero no sabían mucho de el. Mmj! Que raro. Yo les expliqué a ambos de que se trata este caso.
Bueno, después de estar unos minutos mas platicando sobre estos temas, decidimos ir al Parque Dolores para ver la obra de teatro que el grupo San Francisco Mime Troupe estaría escenificando gratis y al aire libre. Tomamos el Bart, llegamos al parque en unos cuantos minutos. Disfrutamos del evento. Y para cerrar el día fuimos a comer unas ricas y deliciosas pupusas y otra comida salvadoreña en un restaurante de la calle 16 casi esquina con Valencia. El mero corazón de la misión. Si, si había pupusas por aquí ... y burritos por allá.