Hace unas semanas Jason, su mamá, su tía Barb (en visita desde Oregon)y yo fuimos a ver esta película y a mí me gustó mucho. Esta una película que nos muestra tal como somos los latinos (o por lo menos, la gran mayoría de nosotros), nada de rubias ojiverdes (u "ojivas" como decía un amigo) nada de Thalias, Paulina Rubios, etc. Los chavos en esa película sí son como yo, como mi primo o prima, o como la gran mayoría de mis amigos: morenos, con rasgos indígenas, con pelo café obscuro, ojos del mismo color ... y aún así, aún contra la opinión de muchos, esos chavos en la película son bellos (por lo tanto, nosotros también lo somos).
Para mí es muy interesante el hecho de que tuve que venir a otra país para ver películas sobre latinos o mexicanos donde los interpretes SI son como la gran mayoría de los latinos o mexicanos somos. Por ejemplo, en Real Women Have Curves, América Ferrera si es latina, en Selena, una latina real (JLo) interpreta a la curvilínea Selena. ¿Se imaginan que hubiera sido si Selena hubiera sido interpretada por Paulina Rubio o Thalia? Puro hueso y trasero pero nada de voz. Ah, pero eso si, muy güeritas.
¿Cuándo vamos a hacer películas en México donde los interpretes SI sean como la gran mayoría de nosotros? ¿Porqué actrices como Vanessa Bouche es relegada o trabaja en menos películas (aunque de muy buena calidad) cuando las "güeritas" consiguen trabajo más rápido? ¿Cuándo va a terminar esta discriminación hacia nosotros los morenos?
PD Por cierto, esta película ha tenido mucho éxito en cartelera y hasta le ha gustado mucho a los anglosajones de por aquí. Los únicos "peros" que yo le pondría es que tuvo que ser un equipo gringo quien realizara este proyecto (supongo que esto pasó porque los latinos no tenemos mucho dinero para estas indulgencias) y que la forma en que manejan el personaje del padre de la quinceañera no es muy correcto, esto en términos de cómo los típicos padres mexicanos se mueven en aspectos religiosos. Pero esto no desmerita en nada la película.
[Ver también: Quinceañera crítica de Carlos Bonfil en La Jornada]