“Somos un chingo y no somos gringos!”, “La tierra es de quien la trabaja”, “Deporten a la migra”, “Descendientes de europeos por leyes de inmigración Justas”, “Re-unificación de familias AHORA!”, “Deporten el racismo!”, “Mis papas no son criminales!”.
Esto decían algunas de las mantas, pancartas y cartulinas que llevaban los miles de personas (segun The San Francisco Chronicle mas de diez mil) que marcharon el domingo 23 de abril en el corazón de San Francisco.
Yo tuve la fortuna de poder asistir, aunque esta vez fuí sola pues Jason trabajó todo el día y no pudo acompañarme.
Tome el BART (metro) y me bajé en la estación de 16 y Mision, el mero corazon del famoso distrito latino de la Mision.
Camine sobre la calle 16. Pase por taquerias y restaurantes mexicanos en donde los domingos preparan pancita y pozole. Mmmh! Olia rico! Pase por las típicas tiendas de productos mexicanos y centroamericanos, que aparte de vender nopalitos, tamales, pan de dulce, etc. tambien ofrecen tarjetas para llamadas telefónicas internacionales a $3.50 dolares cada una!!! Que super ganga! Iba a comprar dos tarjetas pero ya se me estaba haciendo tarde para el rally, asi que decidí seguir mi camino.
En mi trayecto sobre la avenida 16 me encontré con dos chavas que llevaban una pancarta que decia algo así como “La gente se subleva!”. Tambien vi varios grupos de familias en cada lado de la calle caminando hacia donde yo iba. Ellos llevaban banderas estadunidenses, hondureñas, mexicanas, etc. Iban el papá, la mamá, los niños, las abuelitas. Todos se veían contentos y se percibía un ambiente festivo.
Llegando a la esquina de 16 y Dolores di vuelta a la izquierda y vi la famosa Mision Dolores. Aqui fue donde empezó todo. Aqui empezo San Francisco como poblado hace casi doscientos años (y empezó por frailes franciscanos salidos de un convento que se encontraba donde se encuentra ahora el Metro Hidalgo!).
Ya que andaba por ahí y dado que nunca habia entrado ni a la iglesia ni a la mision (pueden creerlo? en ocho años de vivir aqui y nunca antes habia entrado a esta misión?) decidi entrar aunque sea de rápido.
En esos momentos el padre estaba oficiando misa bilingüe (las pocas veces que he ido a la iglesia aqui en EUA me ha gustado mucho el ver que los parrocos son perfectamente bilingües y ofician misas en ambos idiomas) y aunque yo no pude quedarme a escuchar la misa si pude notar un ambiente solidario y respetuoso.
Horas despues me enteré que el padre en su homilía estaba pidiendo a los feligreses que apoyaran a los inmigrantes y que se unieran al rally que se estaba llevando a cabo a unos metros afuera de la iglesia, y que despues se unieran a la marcha.Tambien pude ver que muchos feligreses llevaban pequeñas cartulinas (como del tamaño de un folder) que decian “Dios nos ama a todos”.
Una vez de regreso a la calle de Dolores (suena como si anduviera en el centro del DF, verdad?) y dirigiendome hacia el parque del mismo nombre donde el rally se estaba llevando a cabo me di cuenta de la gran cantidad de policias que había en la calle que esta justo antes del parque.
Mi reacción inmediata fue de miedo pues –con toda razón- pensé que ellos estaban ahí para reprimirnos. Asi que de inmediato llamé por teléfono a Jason pero el me calmó diciendo que estaba bien que dichos servidores públicos estuvieran ahi pues eso aseguraba que no iba a haber disturbios de ninguna especie (como ataques de los caza-inmigrantes Minutemen hacia nosotros).
Ya mas calmada segui caminando hacia el parque y hasta pasé al lado de dichos grupos de policias e incluso alcancé a escuchar que entre ellos bromeaban ‘que, también es manifestación de policias?’.
Llegué finalmente al parque y los oradores ya habian comenzado a hablar. Y otra vez fue muy emocionante ver como había muchas familias, muchas mamás con sus niños, muchas abuelitas y abuelitos, muchos padres de familia, muchos jovenes. Muchos llevaban camisetas del Che, otros de Zapata, otros llevaban camisetas blancas con el logo de la película ‘Un día sin mexicanos’, pero lo habían cambiado por ‘Un día sin inmigrante’, o muchos llevaban simplemente ropa blanca.
Tomé varias fotos hasta que, chín, la tarjeta de la camara se llenó! Me llamó mucho la atención que los niños de diez o doce años estaban muy atentos a todo lo que pasaba a su alrededor, a todo lo que se decía en ambos idiomas, a toda la gente que pasaba al lado o frente a ellos. Pensé que, a pesar de ser cruel pues muchos de sus padres han sido deportados, esta es muy buena educación política y cívica para ellos. Ellos ya saben desde ahora que la clave esta en organizarse.
Hubo varios oradores. Una señora que me impresionó mucho fue una mujer mexicana campesina, que se ve no tuvo la oportunidad de obtener una educación académica en México. Pero eso no fue obstáculo para ella, pues a falta de educación académica a ella lo que le sobra es educación civica, dignidad y coraje para luchar! Fue de las oradoras mas aplaudidas.
Tambien hablaron jovenes latinos, algunos ya nacidos aqui o a quienes les costaba un poco la conjugación de verbos en español. Pero esto no era tampoco impedimento alguno para ellos.
De repente veo una cara conocida! Era David el papá de unas amigas chilangas! Fue a saludarme y a decirme que el y su esposa Carmen estaban en las escalinatas escuchando a los oradores, que si queria unirme a su grupo. Claro que si! Ademas de que el y su familia son muy buena onda, y nos llevamos muy bien con ellos en varias ocasiones nos hemos ayudado, o hemos pasado Navidad o año nuevo juntos.