Tuesday, November 21, 2006

¡A movilizar el voto latino!

El domingo quince de octubre, un día inusualmente frío por cierto (¿otro efecto más del famoso calentamiento global?) fuí al barrio de Fruitvale en Oakland a ayudar a concientizar a los latinos sobre la importancia de votar, de defender nuestros derechos como inmigrantes, de saber que a pesar de que nos digan que no, que SI tenemos derechos y vamos a ejercerlos.

Evelyn, quien trabaja en un grupo pro-derechos de los inmigrantes y a quien conozco desde hace ya un par de años, me había enviado un correo electrónico unas dos semanas antes pidiendo ayuda voluntaria para ir a ese barrio de Oakland (lado este de la bahía) y al distrito de la Misión en San Francisco para ayudar a movilizar el voto latino. Yo no pude asistir a San Francisco.

La cita fue en un café que se encuentra a la salida del bart (metro) de Fruitvale. Llegamos seis personas para empezar, pero ya después se nos incorporaron tres más.

Evelyn nos habló sobre las horribles e inhumanas leyes anti-inmigrantes que estan siendo aprobadas en el Condado de Orange (sur de California) o en lugares como en Hazeltown, Pennsylvania, donde se puede no solo ver sino tambien palpar y comprobar el odio y racismo que muchos de los habitantes blancos sienten hacia nosotros los latinos que nos somos blancos como ellos.

En ese pueblo de Pennsylvania, el alcalde creó unas leyes segun las cuales todo aquel que rente departamentos o casas o habitaciones tiene que exigir que los inquilinos o futuros inquilinos muestren papeles de residencia o ciudadanía. Los inquilinos que no tengan estos papeles serán arrestados por la policía local y luego deportados. ¡Esto es horrible! Muchos inmigrantes ya han salido de ahí, han abandonado sus trabajos, y se han visto caravanas de muchos de ellos huyendo hacia otros lugares. [Esto se parece mucho a lo que les hacían a los negros en la época de la esclavitud: nadie podía contratar a ninguna persona de color sin antes comprobar quen no estaba huyendo de una plantación o de su "dueño"]

Evelyn nos dijo que aunque la igualmente horrible e inhumana propuesta de ley Sensennbrener (3447) no pasó a nivel nacional, las ciudades estan creando sus propias leyes racistas e ignorantes. Asi que una de las maneras de combatir todo este embate racista hacia nosotros es organizarnos, concientizar a la gente, hacerles conocer sus derechos, despertarles el enojo y el rechazo hacia las múltiples injusticias cometidas contra nosotros e instarlos a que se empadronen y voten. Claro, esto último lo podrán hacer siempre y cuando ya sean ciudadanos estadunidenses.

Después de la breve reunión para organizarnos salimos a la calle, pusimos una mesa con folletos informativos, cada quien tomó su folder y fuimos en busca de la aventura de concientizar a los inmigrantes.

Yo hablé mucho. Que digo mucho ¡muchísimo! Tanto que cuando Jason pasó por mi a recogerme cuatro o cinco horas después mi garganta casi se había cerrado por completo y yo practicamente ya no podía hablar. Pero ha pesar de que me sentía mal pues creo que el intenso frío me hizo daño y ya estaba desarrollando un resfriado, el enorme orgullo y satisfacción que sentí no se igualaba con ningún dolor de garganta, de pecho o de espalda.

Hablé con quince o veinte personas, casi todos hombres, casi todos mexicanos, casi todos con baja escolaridad. Claro, hubo también muchos otros con quienes intenté hablar pero no quisieron, tal vez por miedo, por pena, por tener cosas importantes que hacer (¿qué mas importante que defender tus derechos humanos y civiles?), etc. Incluso hablé brevemente con una señora que me dijo que para que hacíamos estas cosas si nunca nada iba a mejorar, y cuando yo le dije que eso pensaban en Sudáfrica antes de que acabaran con el régimen de segregación racial me contestó que para ella el mejor presidente que ha tenido este país ha sido Bush padre. Aquí yo pensé "para que perder mi tiempo con gente que ya está tan convencida de este tipo de ideas", le di las gracias y fui en busca de otro tipo de audiencia.

Yo se que mis esfuerzos, aunque sean pocos y los use poco a poco, estan sirviendo de algo, me siento muy orgullosa de mi misma de poder ayudar a concientizar a los latinos. Tal vez yo nunca pueda ver los logros pero se que los va a haber. Mis nietos lo van a ver. Mis nietos lo van a disfrutar.